jueves, 10 de diciembre de 2009

Navidades Blancas… mas un deseo que una realidad

Desde aquí, sin querer se un apóstol de mal agüero, no quiero acordarme de la inmensa mayoría de los hogares de españoles, que tendrán su casa repleta de comida, regalos, calor de hogar y todo lo que impregna el espíritu navideños; para ellos no hay que desearle felicidad, ya la tienen.

Recuerdo mi niñez, vagamente, pues ya pasaron más de la cincuentena, en una España mas de sombra que de luces, en que la época que ahora nos viene, tener un trozo de pavo para llevarse a la boca era mas un deseo que una realidad; en la que tener unos mantecados en un plato, era un acto de fantasía, o en al que unos Reyes Magos te trajesen un regalo era toda una noche de insomnio, para llegar a la cruda realidad de la mañana.


Pese a todo ello, nuestro mundo, como no conocíamos otro, para nosotros era lo mejor. La felicidad, no se cuantifica por lo que se posee, o por la capacidad del ser humano de acaparar bienes materiales. Sólo se mide por nuestros hechos cotidianos para aportar una sonrisa a un niño, un consuelo al enfermo o compañía al que se siente solo.

La mayor fuente de riqueza que podemos acumular es nuestra capacidad para hacer felices a los demás. Ahora en estas fechas, nos toca hacer un propósito de enmienda con nuestra conciencia, para hacer tal cosa, para ser mejores, votos que renovaremos año a año, pero que siempre incumpliremos.

En estas navidades, mi recuerdo, sí va estar, en esos hogares en los que, rememorando mi niñez, va ser de una España más de sombras que de luces.
Ahora que gozamos de un régimen democrático ¿en cuantos hogares vivirán la penuria económica? .


El paro es como una enfermedad, mientras no, nos afecta, lo vemos como algo lejano, yo pregunto ¿Quién en la actualidad no tiene un familiar, amigo o conocido, que le afecte esto? Son mas de un millón de familias españolas, las que en estas Navidades, vivirán el trago amargo de no tener ningún tipo de ayuda económica, que entre en sus casas.

Hay instituciones, sin ánimo de lucro, que en todo el año, trabaja para ayudar a personas y familias que lo están pasando mal, y en esta época intensifican sus campañas de ayuda.



Desde aquí hago un llamamiento para que en las medida de nuestras posibilidades, colaboremos, para que un poco de cada uno de lo nuestro, hagamos mucho, aunque sea de una manera egoísta, de lavar nuestra conciencia, ayudemos a los mas menesterosos, para ellos que no tienen nada. El recibir algo ya es un océano inmenso de abundancia, cosa que cada uno de nosotros podemos contribuir.
Seamos felices, hagamos felices a los demás, la Navidad, será mas blanca, porque nosotros con nuestros hechos así lo queremos.

Queridos amigos y compañeros, que la paz sea con vosotros en estas Fiestas, que el año 2010, nos venga lleno de buenos augurios.

FELICIDADES

Diego García 67/70

viernes, 20 de noviembre de 2009

La vida es un tren maravilloso...

...que merece la pena viaja en él

En esta ocasión, mi escrito va dirigido como un canto a la vida, no voy a entrar en disquisiciones metafísicas ni religiosas, eso lo dejo a los politicos.

Los seres humanos al igual que cualquier ser vivo, cumplimos un ciclo, nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos.
La mayoría, de mi generación y los que me antecede, en general estamos formados por familias numerosa, en mí caso somos seis hermanos.


Muchos de los que tenemos el privilegio de vivir (aun en caso de haber tenido una infancia llena de privaciones), ¿que hubiese ocurrido si nuestra madre en su día tomase la decisión de no habernos tenido? La cadena siempre comienza por un eslabón, en todo caso, no habríamos tenido una infancia, una formación, una esposa, unos hijos, en definitiva una vida, en la que vivir.
La vida en sí no es patrimonio de nadie, pues ni uno mismo, tiene la capacidad de quitársela cuando le viene en gana. Cuántas veces nos enteramos que personas llevadas por la desesperación ponen termino a la vida. Lo primero que se nos ocurre es decir “estaba loco” con lo cual le damos que no tenia capacidad de discernir.
Hace pocas fechas tuve la fortuna de visitar junto a mí esposa una guardería que regenta una de mis hijas. Lo que yo vi allí fue algo maravilloso, un puñado de bebés y niños de varias edades, estaban en una fiesta, y es un espectáculo lleno de vida, llantos chillidos, risas.


El vientre de una mujer, es la fuente de vida, donde cada uno de nosotros hemos nacido, mi pregunta es ¿si a nosotros no nos han negado la vida? Podemos -los que vivimos- negarsela a los que vienen.

En muchos caso son muchas las mujeres que sufren un embarazo no deseado, por su situación psíquica, económica o de cualquier otra índole, pero desde luego la manera mejor no es eliminar una vida, una vida que -dicho sea de paso- es totalmente indefensa.
La sociedad avanzada en la que vivimos, se preocupa del bienestar de los mas desfavorecidos, nadie estámás desfavorecido que los “no nacidos”. Los políticos, que legislan, tienen que acometer leyes, para favorecer a las mujeres en situación de desamparo, pero no con un aborto a la carta, sino al calor de la nueva vida que lleva en su cuerpo.
¿Iremos eliminando? Primero serán los no nacidos, ellos no votan, luego serán los ancianos postrados en una cama, ellos no pueden ir a votar, luego serán los discapacitados psíquicos en muchos caso no votan.
Si es esa la sociedad que estamos creando, permitidme amigos, a mí que me borren de ella yo no quiero ser con mí indiferencia cómplice de semejante sociedad.
Un fuerte abrazo y hasta la próxima
Diego García 67/70

viernes, 23 de octubre de 2009

La flor de otoño en Córdoba

Después de un largo tiempo sin hacer mis pinitos literarios en esta pagina de JA. Olmo, cometo la osadía de escribir de nuevo.

Desde luego no quiero perder ese aire otoñal, que nos confiere a un pasado lejano, viendo las viejas fotografías, que le ha dado el tiempo ese color ocre.

Sin querer entrad en polémica, cada uno es muy libre de pensad y actual de la manera que vea conveniente, por mí parte, sin ponerle ni una vela a Dios ni otra al Diablo.

Desde aquí si quiero decir, que mi apreciación personal, es que algo que empezó de una manera muy bonita, gracias a Juan Antonio, no se porque motivo, a esto que cada vez se tenia que hacer mas grande, se va empequeñeciendo a paso agigantados.

Yo que no soy muy docto en dar consejos, pues no sirvo mi para dármelos a mí, difícilmente, puedo dáselos a los demás.

Quiero con ellos decir, que noto un aire de rivalidad entre los distintos miembros que formamos la familia de los “laborales”, parece se que el ultimo encuentro se ha visto muy mermado en cuanto asistencia, no se si por coincidencia o bien, por un cierto descontento, en mí caso, ni por lo uno ni por lo otro, simplemente que mis compromisos personales, no me lo permitió, aunque en honor a la verdad por medio de un correo fui invitado personalmente, e incluso se me invitaba a asistir a la tribuna de oradores, honor que no merezco.

Para no háceme muy extensivo, compañeros todos, los que pisamos ese sitio, pero no coincidimos en el tiempo, por cuestión meramente de edad, otros los que si coincidieron, todos tenemos que hacer un acto de generosidad, para que la cordialidad que hasta ahora ha existido no se rompa.

Muchas veces hablamos, pero no tenemos la capacidad de escuchad, siempre se aprende más, escuchando a los demás que escuchándose uno mismo. Hacer un cestos con distintas medidas de mimbre, es difícil, pero no imposible.

Amigo Juan Antonio, tú con tu trabajo y esfuerzo, abriste una puerta inmensa a todo los compañeros, por tanto a ti, te corresponde mantener esa puerta de par en par, no permitas que los árboles te impidan que veas el bosque.

Que la flor otoñal, que nace en la reunión anual, de los laborales, nunca desaparezca.

Un abrazo

Diego 67/70

viernes, 24 de abril de 2009

EL EFECTO MARIPOSA

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Los recuerdos de la juventud, son como aves migratorias, siempre vuelven al su lugar de procedencia.

El primer amor de nuestra adolescencia, lo tenemos guardado en un rincón olvidado de nuestra mente, pero que de vez en cuando aflora en la madurez de la vida.

Cuando se llega a una edad, en la que el tiempo, no es una asignatura pendiente en la vida, en la que tenemos periodo, para el paseo diario, el tener un libro en nuestras manos, el platicar con los amigos, para rememorar, amores perdidos en el tiempo,..

La melancolía no es buena compañera de viaje, pero el recuerdo siempre, es la alternativa de lo que pudo ser y no fue, la realidad presente o la decisión en un momento determinado, lo cual hizo que nuestra vida sea de una manera o de otra.


El efecto mariposa, el revolotear de las alas de la misma en un extremo del mundo, acarrea un huracán en el otro extremo. Siendo para mí algo exagerado, no deja de tener cierto sentido,..

Me hago una reflexión al respecto, qué hubiese ocurrido, si en mi juventud, aquella chica a la que conocí, con las que compartí, mis primeras verbenas en los veranos cordobeses, los antiguos guateques, a base de discos de vinilo y Cola la Casera, los paseos por la Judería, o las visitas a los mesones, con su encanto, con los besos robados en un callejón perdido, no se hubiese truncado, por la necesidad, perentoria de tener que buscar trabajos en otra tierra en otro lugar, para visualizar nuevos horizontes en la vida.



Siempre queda ¿que pudo ser y no fue?, para los románticos algo trasnochado, como en mí caso, lo que no se vivió, posiblemente sería mejor de lo que me toco vivir, pero eso es una simple utopía.

La realidad siempre se antepone a los posibles sueños, que de vez en cuando, anegan nuestra vida, pero lo que sí es cierto, que decisiones tomadas, siempre alteran a un conjunto de personas.

La chica de mi juventud, por casualidades de la vida, se quedo soltera, en mi Córdoba natal, en alguna ocasión he sabido de ella, por terceras personas, sé que como todo el mundo ha pasado momentos buenos y malos en la vida, yo en mi caso llevo más de tres décadas casado y si de verdad, tengo motivos para sentime realmente orgulloso, es de la esposa que tengo y mis tres hijas, mis cuatro mujeres, llenan mi vida como todo el mundo de sonrisas y lagrimas.

Una cosa es la ficción y otra la realidad, el secreto es ser feliz con lo que se tiene y obviar lo que pudo ser.

Un abrazo y hasta la próxima.

Diego García 68/70

sábado, 14 de marzo de 2009

A D. FRANCISCO…, EL PROFESOR DE MÚSICA.

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En estos momentos tristes que vive nuestro viejo profesor de música, D Francisco, mandarle nuestro respeto, y un profundo sentimiento de afecto y solidaridad.

Me he enterado de la noticia del fallecimiento de su querida esposa, por este boletín, lo cual me ha llenado de estupor, y tristeza.

Las pasadas Navidades, coincidí en una cena en un hotel de Benálmadena, con ellos, en los aperitivos, tanto mí esposa como yo estuvimos un ratito hablando, recordando que coincidimos en el II encuentro y un grupo de personas nos hicimos una foto.

Luego giró la conversación en torno a la experiencia que su esposo, D. Francisco le había contado día a día, con los trastos que tenia por alumnos. Yo como queriéndome de alguna manera justificar la actitud que teníamos respecto a él, le decía que bueno que éramos muy jóvenes y desde luego no estábamos por la labor, en eso de la música, aunque él sí se lo tomaba muy en serio. En eso versó la conversación, luego incluso le dí mi numero de teléfono, ya que como vivamos en el mismo pueblo, le dije que me llamara, para que alguna tarde tomásemos los cuatro un café.

Pasaron los meses y no supe nada de ellos; yo lo achacaba al hecho que según me contaron viajaban con bastante frecuencia, pues D. Francisco se movía con su vehiculo con bastante agilidad.


Me queda un sabor agridulce ante esta noticia, pues esta dama, el poco tiempo que tuve de hablar con ella, me causo una profunda impresión del amor que tenia hacia nuestro viejo profesor, por el cariño con el que le hablaba y estoy seguro, que en su larga vida junta, fue el alma gemela para D. Francisco.

Permitirme que en nombre de todos los que le conocemos, trasmitirle nuestro más sentido pesar y que el aliento de calor, le llegue a través de este sencillo -pero lleno de afecto- escrito.

Un abrazo

Diego García 68/70

sábado, 7 de marzo de 2009

No siempre es Domingo

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Una cosa es la canción y otra es la vida.
Todo eso viene a colación, porque hace unos días, tuve una conversación telefónica, con un antiguo compañero de la UNI que, en este caso, sí coincidimos en el lugar y el tiempo.

Esta conversación, derivo de forma my cordial, hablando de pasado y presente, pero sobre todo en el pasado.
Note un cierto sabor agridulce en su palabra, cosa que me lleno de alguna zozobra.

Parece dar la impresión, que los que aquí colaboramos estamos inmensos en una burbuja de un pasado maravilloso, en nuestros años como laborales de Córdoba. Cosa nada mas lejos de la realidad.

Lo cierto es que fueron los que tuvieron la suerte de quedar allí para seguir los estudios (en mi caso no alcance la nota suficiente para pasar a otro nivel y fui fuera) los que de alguna manera les toco bailar con la mas fea, en referencia que vivieron la famosa huelga del año 71.

Como es natural no voy a entrar ha hacer un juicio de valor sobre la misma, por mí total desconocimiento de ella y las consecuencias que tuvo sobre la vida de estos compañeros que tuvieron que pasar semejante trance.

Dicho todo esto, paso ha hacer algunas apreciaciones, a mí humilde entender: Cada uno cuenta la feria como le va, lo que de alguna manera lo corrobora que allí estuvimos jóvenes y nuestra experiencia fue totalmente positiva (como es mí caso), pero en otros que no fue tanto.

Siempre desde el respeto a la actuación, opinión a los demás, desde aquí, hago una invitación a los antiguos compañeros, para que cuenten sus experiencias, tanto si son buenas o malas, para que no parezca que lo que aquí escribimos somos gente aburrida y vanidosa, que solo nos falta el arpa, para cantar lo maravillosa que nos ha ido la vida.

Estoy completamente seguro que todas las personas que pasamos por la Laboral.., en nuestros largos años de vida, tenemos miles de momentos malos y buenos, eso es la pura química, que compone nuestro equipaje del cual ni podemos ni debemos desprendernos.

Pensar que siempre es domingo en la vida, es como estar en una nube si paracaídas, el batacazo esta asegurado.

Un abrazo, en especial a mí compañero con el cual coincidí en espacio-tiempo.

Diego García 68/70

viernes, 20 de febrero de 2009

EL DESTINO ES UN LIBRO QUE SE ESCRIBE DÍA A DÍA


Cuando nacemos no sabemos lo que Dios o la providencia nos tienen preparado, así que las paginas de ese libro que es la vida, la escribimos cada día.

Todo esto vine a colación, porque en mí caso, que me crie en una familia muy humilde, que como creo en la mayoría de los jóvenes que estuvimos en la UNI, este ultimo acontecimiento desde luego fue un principio en nuestras vidas.

En mi infancia fui a lo que se llamaba una “miga”, con la silla correspondiente, la peseta diaria y una cartilla de la iou.


Recuerdo vagamente cuando fui a una escuela, que estaba en barrio cordobés de San Agustín, concretamente al Pozanco, allí pase mis primeros años lectivos, lo que sí recuerdo que las lecciones a aprendíamos a base de palos, en el que día a día y que yo me llevaba más que una razonable ración.


Nos mudamos a vivir al barrio de Las Margaritas, con lo cual se me traslado de colegio en este caso fue uno que se llamaba de la Fuensanta en el barrio de la Huerta la Reina, aquí era otro método de enseñanza, consistía en quedarte castigado dos o tres horas más tarde, de la hora habitual de salida.


Tuve la suerte en este colegio, en el que pase, creo recordar tres años, tener un profesor que se llamaba D. Rafael, el cual llamo a mis padres y le hablo con bastante claridad de mi situación académica, la que se resumía en una palabras “que era un zoquete” y eso de los estudios no era lo mío.


Yo en mis cortas entendederas, me dejo la moral por los suelos, y en el caso de mi familia no saber qué hacer con semejante elemento, con el agravante de ser el más pequeño de seis hermanos, los cuales sus estudios consistían en generales y poco más, que además tenían sus esperanzas depositadas en que yo estudiase algo más.


Por mediación de una de mis hermanas, que trabajaba en la CEPANSA (algodonera) y que el padre Leonardo, les dio a las trabajadoras un cursillo, tuvo conocimiento de la Escuela Piloto que los Dominicos tenían en un recinto junto al Convento en el barrio de San Agustín.


De esa manera mi familia vio salida para que pudiese aprender un oficio.

Pase en esta escuela, creo recordar tres años, tanto los Padres Dominicos, como los profesores seculares daban una enseñanza muy buena, posiblemente la mejor de aquella época, consistía en realizar bachillerato elemental y pre aprendizaje, para la escuela de Formación Profesional.

Pase allí los dos años, dicho sea de paso con más pena que gloria, pues la verdad que era un estudiante mediocre y luego realice el examen de ingreso en la UNI.


Ingrese en la Laboral, hice los tres años de Oficialía, lo cual me costo, pasarme los tres veranos de mi vida más perros, que recuerdo, siempre me quedaban dos asignaturas, que tenía que ir a septiembre para recuperad.


Pero buenos tuve dentro de mis limitaciones sacarme el titulo, que por supuesto enmarque y tengo en mi casa.


Ni que decir tiene, que para mis padres y hermanos, fue un orgullo que por primera vez uno de la familia tuviese un titulo, desde luego no me llevo al estrellato, pero a decir verdad si me sirvió para realizadme profesionalmente. Pero bueno eso es otra historia que en otra ocasión os contare.


Un abrazo


Diego García 67/70

domingo, 8 de febrero de 2009

Somos gente con suerte

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Ante todo felicitar al compañero Manuel Estévez, por su artículo en el que hace referencia a los Padres Dominicos, que marcharon; que Dios los acoja en su infinita misericordia, y que nunca tendremos suficiente palabras de agradecimiento por la labor que realizaron , en pro de los hijos de los trabajadores, que nos formamos en las Universidades Laborales.

Hoy quiero hacer una aseveración, del mundo en nuestra juventud que nos toco vivir: ‘realmente fuimos en aquella época unos tipos con suerte’, yo diría rotundamente que sí.

Para ello no me limito a hacer un auto examen de mi mismo, sino viendo cada uno de vosotros descripciones que realizáis de vuestras vidas, a nivel profesional, como personal.

En una inmensa mayoría nuestras capacidades profesionales a lo lago de la vida, nos ha dado una situación desahogada social y económicamente, por eso precisamente somos “tipos con suerte”. Una parte importante de los antiguos alumnos, son jubilados o frisan la edad de llegar; otros están en una edad, en la que, su trayectoria profesional se encuentra consolidada, lo cual le da enorme ventaja con respecto a otras personas.

Larga vida a todos, como decían los antiguos romanos a su Cesar, pero sobretodo, en cualquier situación en la que nos encontremos, cada uno de nosotros, disfrutemos de la misma lo más posible.

El positivismo siempre es importante para la buena salud, y es una buena terapia el hecho de considerarnos gente con suerte.

Un abrazo

Diego García 67/70

sábado, 24 de enero de 2009

Un instante, en la vida, es demasiado para comparar

Sin ánimo de ofender, pues cada uno es muy libre de pensar como bien le venga en gana ¡faltaría más!.

Con toda seguridad, al menos yo estoy convencido, que la enseñanza, que en los primeros años de mi juventud, que recibí en la Universidad Laboral, aquí ahora en este país no tiene cabida.

Cabe preguntarse ¿porque?
Primordialmente porque la revolución social que vivimos desde los años 70 hasta nuestros días, ha sido inmensa, en la mayoría de los aspecto a mejor, pues somos más libres a la hora de elegir nuestro propio destino, pero ante todo, tenemos un inconveniente, que no es otro que la pérdida de valores, en esta sociedad tan cambiante.

Una parte importante es el esfuerzo día a día para que nuestros conocimientos se vayan ampliando, porque ese saber, esa cultura, nos hará a la vez mujeres y hombres más libres.
Mi paso por la Uni, supuso el ahondar en los valores cristianos, de trabajo, mediante el esfuerzo continuado (el hecho de no aprobar suponía la perdida de la beca), para nada creía una presión, sino un reto que en la vida, se nos presentaba y sobre todo era un plus añadido, que teníamos para el futuro con respecto a otros tipos de enseñanza que se daban en otros centros de educación.

El hecho de tener asignaturas, como FEN, o religión, no supuso un adoctrinamiento, la capacidad de análisis personal siempre le da a uno la opción de elegir.

En los tiempo que corren, llenos de individualismo, consumismo y cierto grado de ignorancia, nos dejamos arrostrar por la información ya elaborada, lista para su consumo, lo cual nos limita la capacidad de elección, dado que dichos medios actúan como clones al servicio del poderoso.
Aunque sea un tópico no deja de ser una realidad, “el pueblo que nos conserva sus tradiciones está listo para desaparecer”,.. Siempre ahí que mirad para adelante, pero también hay que guardar esa parte de nosotros mismo, de experiencia, sabiduría que da la edad, en donde nuestros hijos y generaciones venideras puedan mirarse.

Tiempos duros, la que nuestros antepasados vivieron, su inmensa mayoría no tuvieron ni acceso a la enseñanza ni a ningún medio cultural, nosotros las distintas generaciones que pasamos por la UNI, fuimos unos privilegiados, nuestros hijos aun más, pues en su inmensa mayoría son universitarios, y es precisamente esa semilla, gracias a nuestro mayores la que se ha sembrado.

Ahora que tan de moda esta el laicismo al uso, pasado por la harina de la progresía, solo es la cara más amarga de la pérdida de valores personales, en que se antepone el valor individual de la persona, por el colectivo.

Nunca tiempos pasados fueron mejores, cada instante de la vida es único e irrepetible.
Un abrazo

Diego García 68/70

lunes, 12 de enero de 2009

UNA EXPERIENCIA SINDICAL ,,,.EN MI VIDA.

De lo mucho y bueno que aprendí en mis años de adolescencia, que principalmente coincidieron en la Universidad Laboral, fue a tener inquietudes.

En la vida, se pueden contemplar de dos maneras, ser paseante en la calle, por tanto ser uno de los protagonistas, o bien asomarte al balcón y ver como pasea la gente.

Indudablemente, para las personas que tenemos, inquietudes, solo te puedes sentir bien, paseando por las avenidas de la vida.

Entre las muchas experiencias que tuve, comentare mi experiencia como sindicalista, la cual me reporto, unas vivencias increíbles, pero a su vez algún que otro sinsabor.

Cuando con 18 años me incorpore al mundo laboral, aun estaba el franquismo, con sus decadentes sindicatos verticales, a principio de los años 70, que ya los visitaba para informarme de mis derechos como trabajador.

Cuando el viejo dictador falleció, estaba haciendo el servicio militar, de nuevo me incorpore a la vida civil y a mi trabajo.

A partir de esa fechas, mediados de los años setenta, afloraron de una manera grandiosa, los Sindicatos de Clases, aunque ya casado, me incorpore como afiliado y colaborando con otro compañeros a formarlos en la empresa.


En esa fecha pertenecía a la Rama del Metal, fue en 1977, cuando en el sector se realizo una huelga, la primera, que se organizo en Málaga, en la que los trabajadores fuimos protagonistas principales, por la mejoras del Convenio Colectivo, se consiguieron mejoras, pero los trabajadores, no nos sitiamos satisfechos con lo conseguido y aun estuvimos una semana más al margen de lo que decían los Sindicato, el resultado fue un Convenio Colectivo, que nos ponía a la cabeza del Sector en Andalucía y uno de los mejores de España, por añadidura diré, que formaba parte de los llamados piquetes informativos.

En 1978, pase a trabajar a una empresa de sector de bebidas, en el Equipo de Mantenimiento, que por cierto, era muy serio en sus trabajos, pero muy reivindicativo en sus derechos, se nos catalogaba en la empresa, como que la preparación técnica, no era un motivo para tener una remuneración algo más elevada que el resto de los operarios.

En ese tiempo, dicha empresa los trabajadores tenía su propio, sindicato, que como todo, lo manipulaban unos pocos. Un grupo de personas del equipo de mantenimiento, nos pusimos manos a la obra y nunca mejor dicho, como mucho esfuerzo y tiempo, implantamos un sindicato de ámbito nacional, nos presentamos a las elecciones y naturalmente las ganamos, yo fui elegido por los compañeros afiliados como delegado sindical, en dicha empresa, y durante 5 años ejercí como tal.

En año 1987 viví una de mis experiencias, tanto a nivel personal, como laboral, de una mezcla de excitante, desencantadora o posiblemente de reto en la vida.

Fue el cierre de la fábrica, por traslado a Sevilla, los afectados éramos 200 trabajadores, la intención de la empresa en realidad, era el dar una buena indemnización para que los trabajadores nos acogiésemos a las baja incentivada, cosa que consiguió a medias, pues aproximadamente la mitad nos trasladamos a la nueva fábrica con una indemnizaciones que rondaban los 7.000.000 de las antiguas pesetas, dándose la paradoja que se consiguió que las personas jóvenes como era mi caso nos saliera más rentable trasladarnos y mantener el puesto de trabajo que ir al paro.

El cierre de la planta de embotellado le supuso a la empresa un coste de mil millones de las antiguas peseta, que dicho sea de paso en aquella época era un precedente que anteriormente no existía.

Se me ofreció por parte del sindicato y de la empresa de que fuese liberado para el sindicato, por lo tanto la posibilidad de quedarme en Málaga, pero yo entendía por aquella época que tenía que estar junto a mis compañeros y lo rechace.

El 1 de febrero del 1988 fui el primer trabajador que puso el pie en la nueva fábrica de Sevilla, a la semana comenzaron a llegar otros compañeros.

Durante 3 años compatibilizaba mi labor profesional con la sindical, la cual dicho sea de paso se me hacía muy difícil y me cerró el paso a promoción dentro de la empresa, cosa que de otra manera tampoco me importo, nunca he tenido inquietudes de mando, ni por otra parte con mi trabajo las necesidades familiares estaban más que cubiertas, por el buen salario que cobraba.

Mi carrera sindical termino poco antes de marcha voluntaria de la empresa en 1991, lógicamente negocie mi despido con la misma, regrese a Málaga con mi familia, otra empresa me esperaba para incorpórame a ella, con la misma categoría profesional, en peores condiciones económicas…, pero bueno eso es otra historia de mi vida que en otra ocasión os contare.

Un saludo Diego García 67/70