En esta ocasión, mi escrito va dirigido como un canto a la vida, no voy a entrar en disquisiciones metafísicas ni religiosas, eso lo dejo a los politicos.
Los seres humanos al igual que cualquier ser vivo, cumplimos un ciclo, nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos. La mayoría, de mi generación y los que me antecede, en general estamos formados por familias numerosa, en mí caso somos seis hermanos.
Muchos de los que tenemos el privilegio de vivir (aun en caso de haber tenido una infancia llena de privaciones), ¿que hubiese ocurrido si nuestra madre en su día tomase la decisión de no habernos tenido? La cadena siempre comienza por un eslabón, en todo caso, no habríamos tenido una infancia, una formación, una esposa, unos hijos, en definitiva una vida, en la que vivir.
La vida en sí no es patrimonio de nadie, pues ni uno mismo, tiene la capacidad de quitársela cuando le viene en gana. Cuántas veces nos enteramos que personas llevadas por la desesperación ponen termino a la vida. Lo primero que se nos ocurre es decir “estaba loco” con lo cual le damos que no tenia capacidad de discernir.
Hace pocas fechas tuve la fortuna de visitar junto a mí esposa una guardería que regenta una de mis hijas. Lo que yo vi allí fue algo maravilloso, un puñado de bebés y niños de varias edades, estaban en una fiesta, y es un espectáculo lleno de vida, llantos chillidos, risas.
El vientre de una mujer, es la fuente de vida, donde cada uno de nosotros hemos nacido, mi pregunta es ¿si a nosotros no nos han negado la vida? Podemos -los que vivimos- negarsela a los que vienen.
En muchos caso son muchas las mujeres que sufren un embarazo no deseado, por su situación psíquica, económica o de cualquier otra índole, pero desde luego la manera mejor no es eliminar una vida, una vida que -dicho sea de paso- es totalmente indefensa.
La sociedad avanzada en la que vivimos, se preocupa del bienestar de los mas desfavorecidos, nadie estámás desfavorecido que los “no nacidos”. Los políticos, que legislan, tienen que acometer leyes, para favorecer a las mujeres en situación de desamparo, pero no con un aborto a la carta, sino al calor de la nueva vida que lleva en su cuerpo.
¿Iremos eliminando? Primero serán los no nacidos, ellos no votan, luego serán los ancianos postrados en una cama, ellos no pueden ir a votar, luego serán los discapacitados psíquicos en muchos caso no votan.
Si es esa la sociedad que estamos creando, permitidme amigos, a mí que me borren de ella yo no quiero ser con mí indiferencia cómplice de semejante sociedad. Un fuerte abrazo y hasta la próxima
Diego García 67/70
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