viernes, 23 de octubre de 2009

La flor de otoño en Córdoba

Después de un largo tiempo sin hacer mis pinitos literarios en esta pagina de JA. Olmo, cometo la osadía de escribir de nuevo.

Desde luego no quiero perder ese aire otoñal, que nos confiere a un pasado lejano, viendo las viejas fotografías, que le ha dado el tiempo ese color ocre.

Sin querer entrad en polémica, cada uno es muy libre de pensad y actual de la manera que vea conveniente, por mí parte, sin ponerle ni una vela a Dios ni otra al Diablo.

Desde aquí si quiero decir, que mi apreciación personal, es que algo que empezó de una manera muy bonita, gracias a Juan Antonio, no se porque motivo, a esto que cada vez se tenia que hacer mas grande, se va empequeñeciendo a paso agigantados.

Yo que no soy muy docto en dar consejos, pues no sirvo mi para dármelos a mí, difícilmente, puedo dáselos a los demás.

Quiero con ellos decir, que noto un aire de rivalidad entre los distintos miembros que formamos la familia de los “laborales”, parece se que el ultimo encuentro se ha visto muy mermado en cuanto asistencia, no se si por coincidencia o bien, por un cierto descontento, en mí caso, ni por lo uno ni por lo otro, simplemente que mis compromisos personales, no me lo permitió, aunque en honor a la verdad por medio de un correo fui invitado personalmente, e incluso se me invitaba a asistir a la tribuna de oradores, honor que no merezco.

Para no háceme muy extensivo, compañeros todos, los que pisamos ese sitio, pero no coincidimos en el tiempo, por cuestión meramente de edad, otros los que si coincidieron, todos tenemos que hacer un acto de generosidad, para que la cordialidad que hasta ahora ha existido no se rompa.

Muchas veces hablamos, pero no tenemos la capacidad de escuchad, siempre se aprende más, escuchando a los demás que escuchándose uno mismo. Hacer un cestos con distintas medidas de mimbre, es difícil, pero no imposible.

Amigo Juan Antonio, tú con tu trabajo y esfuerzo, abriste una puerta inmensa a todo los compañeros, por tanto a ti, te corresponde mantener esa puerta de par en par, no permitas que los árboles te impidan que veas el bosque.

Que la flor otoñal, que nace en la reunión anual, de los laborales, nunca desaparezca.

Un abrazo

Diego 67/70

No hay comentarios:

Publicar un comentario