jueves, 13 de mayo de 2010

La chica de ayer: El reencuentro

Os diré, que esto no es ni una novela rosa, ni por un asomo lo pretende, solo una experiencia, en la vida como tantas otras, que nos acontecen. Esa persona, que después de 38 años contacte por teléfono con ella, en la pasada Semana Santa, fui a Córdoba, visita que ya tenía prevista meses antes, pues aunque llevo fuera de esta ciudad 37 años, he vuelto ciento de veces.

Aunque quiero a mí tierra, pero soy malagueño por vocación, me case con una malagueña, mis hijas han nacido aquí, y lo poco que soy y lo ínfimo que poseo se lo debo a Málaga, tierra, que me acogió, me arropó y me dio siempre cariño. Llegue un viernes, a casa de mí familia, ese mismo día la llame y quedamos citados para el sábado por la tarde-noche.

A la hora prevista y en el sitio, nos vimos, para mí en ese momento fue muy especial, pues era retrotraerme a muchísimos años atrás. Naturalmente yo iba con mí esposa, ella iba sola, después de las presentaciones, subimos a mí coche, los tres, y nos desplazamos a la zona de la Judería, paseamos por donde en nuestra juventud, entre hablar de nuestros viejos recuerdos y anécdotas, mi mujer, como testigo, también participaba en la conversación (pues ella, conoce y ama a Córdoba, como yo a Málaga).

Nos hicimos algunas foto para el recuerdo, luego como es de rigor, tapeamos en un mesón del alrededor de la Mezquita, pasamos entre risas y recuerdos un rato muy agradable.

La vida a veces nos reserva momentos bastantes surrealistas, pero no por ellos desagradables, pues después de tanto tiempo, estar sentado en un mesón con mí esposa y una antigua novia, no deja de ser chocante, pero para mí a niver personal, supuso dejar una duda despejada que era “qué fue de aquella chica”.
Mí esposa se lo tomó con mucha pragmatismo, y durante el tiempo que estuvimos juntos, participó, sobretodo, dándole información sobre el prenda que suscribe y haciéndole ver de lo que se libró, y con lo que ella, cargó (bueno eso es la nota de humor que añado).

Al final de la velada la acompañamos hasta la puerta de su casa, la despedida, fue para mí muy emotiva y de una especial ternura, por los viejos tiempos. Ni que decir tiene, que tenemos contactos, vía correo electrónico y telefónico, ha nacido una bonita amistad, ella confía en mí como amigo, en su justa correspondencia yo igual, sin intereses sin compromisos y sobre todo, sin interferir en nuestras vidas, cada uno elegimos nuestro camino, la vida es como una vía del tren, pero que en algún momento se entrecruzan. Yo elegí la mía, llevar casado 34 años con una mujer, que lo poco que yo le he dado y día a día le doy, me lo devuelve multiplicado por mil, en los momentos buenos y malos, como todos tenemos siempre.

Está a mí lado, y sobre todo, por ser yo una persona muy difícil de entender, lo más importante: ha aportado EQUILIBRIO y AMOR en mí hogar.
Amigos que la felicidad os acompañe y hasta la próxima.

Diego García 11ª Promoción de Ajustadores Mecánicos U.L. Córdoba.

PD. La chica del ayer… es encantadora, romántica, con carácter, sencilla, ingenua, tierna, sensible, en definitiva es feliz a su manera.
Nadie estamos autorizados para hurtar la felicidad a los demás.

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