El rencuentro en la Uni
Por fin llego el día tan esperado, allí estábamos mi esposa y yo, con muchísima gente, que no conocíamos, pero tenía algo en común, el haber estado estudiando en la Laboral, caras vagamente conocidas, pero veía, la satisfacción que reinaba en aquel sitio, en ese instante.
Sonó mi móvil, cuando estaba para recoger las credenciales, más atrás, estaba Guillermo, mi ex compañero de clase, el que habíamos hablado varias veces en la distancia, cuando lo vi, nos fundimos en un abrazo, de amigos de toda la vida, aunque llevábamos muchísimos años sin saber, el uno del otro, como ocurre con otros que nos perdimos en el tiempo.
A partir de ese instante, la camaradería y complicidad, fue la tónica, que domino en el ambiente todo el día, luego me presento a otros compañeros, que habíamos coincidido en el tiempo, y ese grupo junto a nuestras esposa departimos un día lleno de buenas sensaciones, recordando viejos tiempo, anécdotas, compañeros comunes y lugares.
Pasamos un día estupendo, entre risas y viejos recuerdos, contándonos nuestras vidas, nuestras inquietudes, nuestros proyectos de futuro.
El grupo en que estuve, son todo profesores, lo cual me llena de orgullo, porque para mí es una de la profesiones que más admiro, y a la vez, desde mi desconocimiento, la veo muy difícil.
Mis derroteros profesionales, hice Oficialía Industrial, como Ajustador, derivo al mundo de la industria del embotellado, y le puedo asegurar, si ser pretencioso por mi parte, que la desarrolle con plenitud, como hablábamos el compañero Juan y yo, lo importante en la vida, no es lo que hagas, sino que lo realice uno, como profesional sea el mejor, y eso al igual que a todos los que pasamos por la UNI, bien que nos lo enseñaron.
La despedida fue larga, como queriendo agotar hasta el último instante del día.
Compañeros gracias, por el día tan estupendo que pase junto a vosotros, espero que nuestra relación, de amistad sea prolifera.
Un abrazo
Diego García 67/70
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